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Las Comidas sin sal

 

UN POCO DE HISTORIA

Desde los tiempos más remotos el hombre es el único animal que al cocinar sus alimentos le añade sal y se ha demostrado que el ser humano ingiere varias veces más sal que sus necesidades diarias.

Los romanos utilizaban la sal para pagar a sus legionarios y de ahí se origina la palabra «salario».

En la religión afrocubana, los Orishas gustan de comidas sin sal, tal es el caso de Obbatalá. Apetece todas las comidas de color blanco y sin sal. Yemayá tampoco acepta la sal.

HAY QUE TENER CUIDADO

Desde hace 40 años es conocida la relación entre el sodio y el desarrollo de la hipertensión y otras enfermedades que amenazan la vida.

El grupo de consumidores que compra más sal es la de más de 65 años, la más expuesta a padecer hipertensión arterial. Se trata de una generación educada en la cultura de la sal. Por eso la añade a todas sus comidas casi sin excepción.

Es por eso que se sugiere un consumo moderado de sodio desde las primeras etapas de la vida. Los hábitos de alimentación y las actitudes acerca de los alimentos adquiridos durante la infancia probablemente determinan los hábitos alimentarios para toda la vida.

ALIMENTOS PELIGROSOS 

Entre los alimentos de elevado contenido en sodio, de fácil identificación, se encuentran los alimentos procesados y enlatados, tales como tocino, perros calientes, jamón, aceitunas, la mayoría de los quesos, las papas fritas y las galletas. Los jugos de tomate y las sopas enlatadas a menudo contienen sodio para conservar el color del alimento y mantenerlo luciendo fresco.

Se deben vigilar cuidadosamente las etiquetas de los alimentos envasados y buscar las palabras: baja en sodio, libre de sodio, sin sal agregada, con poco sodio o sin sal.

PRECAUCIÓN NECESARIA

Precisar cuánta sal o sodio contienen los alimentos por porción y evitar aquellos que pongan la sal encabezando la lista de ingredientes, ya que aparecen en el orden de cantidad que el alimento contiene. Un producto con menos de 100 milígramos de sal por porción es una buena selección.

Algunos antiácidos y laxantes también contienen mucho sodio y deben también ser vigilados.

El salero debe ser eliminado sin contemplaciones de la mesa común y sustituirlo por una mezcla de aliños libre de sal. Las comidas deben agradecer su aroma y sabor a las especias y a las hierbas aromáticas y no a la peligrosa sal de cocina.

BUENAS DECISIONES

Existen alimentos sin sodio o con bajas cantidades del mismo, como por ejemplo: berenjena, melón de agua, frutas cítricas, quimbombó, calabaza, piña, azúcar refino, ciruelas, plátano fruta, frutabomba y miel de abejas.

Por eso es mejor comprar alimentos frescos cada vez que se tenga la oportunidad.

Cuando cocine, reemplace la sal por otros aliños, como la pimienta, el ajo, la cebolla, las hierbas aromáticas, el limón, la naranja agria, el pimiento o el frijol chino por solo citar algunos integrantes de la interminable lista de los saborizantes naturales que nos ofrece de buen grado la naturaleza. Evite las mezclas industriales de especias variadas pues con frecuencia contienen sal.

Cuando salga a comer, pida siempre alimentos al vapor, asados a la parrilla, cocidos, hervidos y dorados sin nada de sal, salsa o queso adicionales.

Debe existir creatividad al cocinar. Es muy recomendable la confección de platos saludables. Un buen enfoque es eliminar paulatinamente la sal sin dejar de darle gusto a las comidas con el empleo generoso de las especias y las hierbas aromáticas. 

 

MSc. Dr. Alberto Quirantes Hernández
Master en Ciencias y Profesor Consultante
Jefe del Servicio de Endocrinología
Hospital Docente “Dr. Salvador Allende”
La Habana – Cuba
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Mas info.
Prof. Alberto Quirantes
 
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